A las 9 de la mañana navegamos la exposición procesión “Magdalenas por el Cauca”. Acompañamos la mujer país que busca una explicación, una huella, un vestigio de las desapariciones y muertes en las calladas aguas del río Cauca, río tumba, río herida, río fosa común de una nación llamada Colombia.
Asistimos al simulacro del Arte en la naturaleza y el río lo anunció. Fuimos portadores de la memoria. Nuestro acto dolió a la muerte.
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